por Boni Truhá

San Fernando es un lugar habitado desde la Prehistoria. Numerosos yacimientos arqueológicos lo atestiguan. Precisamente gracias a estos hallazgos sabemos que otras tantas culturas han paseado por lo que ahora son sus calles.

Esta variedad cultural trajo grandes ventajas cuando La isla comenzó a forjarse como ciudad, pues cada una dejó conocimientos valiosos que nos hicieron destacar; como la salazón, herencia de los fenicios, o las industrias alfareras que nos dejaron los romanos.

Numerosas batallas se han librado en ella y forman parte importante de la historia de nuestro país. Como nuestro Teatro de Las Cortes, que ha sido testigo de ello, pues en él se elaboró el texto constitucional que finalmente se promulgó en Cádiz y cuya mesa cobija el Ayuntamiento de San Fernando restaurada en el año 1991 por un artista llamado Luis Trujillo Melero, que también pertenece a nuestra fastuosa ciudad.

Es evidente e indiscutible que La Isla ha tenido relevancia histórica y no sólo por sus monumentos sino también por sus habitantes. Virtuosos de la música y las letras han salido de sus calles para adquirir renombre en muchas partes del mundo.

A todo esto; debemos sumar algunos privilegios que pocas ciudades poseen. Tesoros sin explotar que harían de ella una tierra única. Hablo de las salinas y los esteros, fuentes de riquezas que aún permanecen en bruto, harto olvidadas y que desean despertar y ver la luz del comercio internacional como antaño hubo con América.

Joyas valiosas para la ciudad, como su sal, caracterizada por un bajo contenido en sodio que la sitúa entre las más saludables para el consumo humano. Y qué decís del pescado de estero, cuyo singular sabor dejaría extasiado a más de uno.

Visita San Fernando al menos una vez en tu vida, empápate de su cultura, su clima y su gente pero ¡ojo!, debo advertir que no hay una sin dos, ni dos sin tres porque si algo tengo claro es que podría encandilarte haciéndose un hueco en tu corazón. Y entonces amigo lector, ya no hay vuelta atrás, te habrá conquistado de por vida.