en Memorial literario instructivo y curioso de la Corte de Madrid [xx/06/1786]

localizado y transcrito por Alejandro Díaz Pinto [23/06/2017]

ESTABLECIMIENTOS ÚTILES Y PIADOSOS

   D. Manuel de Arriaga, y Doña María Ana Arteaga y Ochoa, su mujer, vecinos de la Ciudad de Cádiz, de unánime consentimiento fundaron años pasados en la Real Isla de León un Convento de Monjas profesas, que comunmente se llaman de la Enseñanza, cuyo principal instituto es instruir a las niñas, que sus padres quieran poner allí pagando los alimentos, en todas las labores de su sexo, en las buenas costumbres, en los ejercicios cristianos, y otros actos de devoción.

   Posteriormente la referida Doña María Ana, que falleció en el año de 1784, habiendo dejado un caudal más que mediano, poseída de un verdadero espíritu de piedad, entre otras cosas, dejó ordenado en su testamento que en una de sus casas de la Ciudad de Cádiz se estableciese una escuela gratuita para pobres niñas en donde se las enseñase todas las labores propias de su sexo, y que además se las administrase gratis agujas, hilo, seda y lienzo para los dechados; y para que sean enseñadas y al mismo tiempo educadas en el santo temor de Dios, mandó que sus Albaceas eligiesen dos Maestras de conocida habilidad y notoria piedad y caridad, para lo cual las dejó dotadas con cinco rs. vn. diarios a cada una, y además casa, carbón y aceite: los testamentarios (*) aunque no habían podido poner en ejecución hasta ahora tan útil establecimiento, ya en el día están componiendo y arreglando la casa que ha de servir para este destino, sita en el callejón de Villalba, en la que en breve tiempo quedará efectuada  la voluntad de esta piadosa Señora.

   El modelo que estos dos insignes Fundadores nos presentan deben estimular a los que poseen grandes caudales, y carecen de herederos forzosos, para que a su ejemplo hagan lo mismo estableciendo otras fundaciones que siendo buenas y santas sean también útiles al común de la Nación. Esta distribución de caudales tan acertada, comparada con otras que hasta ahora se han hecho, las remitimos al claro entendimiento y singular perspicacia de nuestros Lectores: pues a nosotros nos basta insinuar, que en la misma Ciudad de Cádiz fallecieron dos sujetos pocos años hace que dejaron el uno 4.000 pesos y el otro 800 con la cláusula, de que se repartiesen de limosna a los pobres, cuya última voluntad cumplieron exactamente sus Albaceas: Pero hubiera sido más duradero este beneficio si se hubiera hecho un fondo de estos caudales para socorrer pobres Labradores y Artesanos, dotar Doncellas honestas y dar ocupación y enseñanza a los niños huérfanos. ¡Cuántos beneficios, cuántos aumentos se seguirían a la Nación con estas determinaciones!

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   (*) Los Testamentarios son el Señor Canónigo Penitenciario de la Catedral de dicha Ciudad, y el Padre D. Manuel Caraballo, Presbítero del Oratorio de San Felipe Neri, Director que fue de la Fundadora por muchos años.

Cabecera de esta publicación periódica.

Memorial literario instructivo y curioso de la Corte de Madrid [Fuente: Biblioteca Nacional de España]

Revista de carácter ilustrado y una de las de mejor empaque de la prensa dieciochesca española. Menéndez Pelayo la calificó como ‘la verdadera revista crítica de la época’, y a juicio de Inmaculada Urzainqui (1991) fue un ‘periódico ilustrado, pero no revolucionario, avanzado, pero no heterodoxo’, de naturaleza cultural y ‘de corte enteramente nuevo en España’. Fue fundado por los aragoneses afincados en la Corte Joaquín Ezquerra —en algunas fuentes, Esquerra— (1750-1820), catedrático de Latín en los Reales Estudios de San Isidro, y Pedro Pablo Trullenc —o Trullero—, portero de la Cámara de Castilla.

Comienza a publicarse en enero de 1784. Cada entrega contiene un diario y observaciones meteorológicas, para a continuación ofrecer artículos de las más variadas materias científicas, técnicas y literarias, con textos sobre medicina, cirugía, anatomía, historia natural, química, botánica, farmacia, descubrimientos o sobre las nobles artes, además de economía, filosofía, teología, jurisprudencia, historia literaria, poesía, disposiciones oficiales y juicios críticos de obras dramáticas y comedias, convirtiéndose en la más importante revista teatral del siglo XVIII. Ofrece asimismo noticias, datos y listados sobre novedades bibliográficas, y sobre las reales academias de bellas artes, de jurisprudencia o de cánones, y de otras instituciones científicas y colegios —como el Real Gabinete de Historia Natural o el Real Jardín Botánico—, de actos literarios, extractos de sermones, discursos y disertaciones, festividades religiosas y seculares, fiestas de toros, funerales, certámenes y oposiciones y otras curiosas, como incendios y reparación de edificios y obras públicas, de fábricas y nuevos instrumentos fabriles, ventas y compras o precios de productos. Además de tablas, inserta también figuras y algún grabado.

Siendo Ezquerra su principal redactor, debió contar con médicos, cirujanos y miembros de reales academias y colegios como colaboradores. Entre estos estuvo Manuel Núñez de Arenas, párroco de Cardenete (Cuenca), que firmaba El Escrupuloso, y principalmente el médico ilustrado e inventor barcelonés Frances Salvà i Campillo (1751-1828).