por Alejandro Díaz Pinto
Ldo. en Periodismo y Máster en Patrimonio Histórico-Arqueológico
Cartagena innova para mantener viva la figura del inventor. El producto, que ya fue presentado en junio, gozará de una actualización para lanzarse definitivamente al mercado estas Navidades.
William Gallo es colombiano, pero reside en Cartagena desde hace doce años. Casi los que lleva trabajando en la elaboración de cervezas artesanales desde su propia empresa, Cerveza Bizantina, denominada así como guiño al Imperio Romano de Oriente. «Cartago, Cartagonova o Cartagineses son nombres muy trillados aquí», confiesa este artesano sobre la elección de un título con el que buscaba homenajear a la historia sin dejar de lado la originalidad.
Al fin y al cabo «la cerveza, como el pan, es un elemento que ha formado parte de culturas de todo el mundo y cualquier época», explica, como parte de la sanación del ser. De ahí que se iniciara en el oficio en una escuela de acupuntura para pulir posteriormente la técnica junto al maestro alemán Alex Smith.
Entusiasta del patrimonio cultural y cartagenero de adopción, no es de extrañar que en algún momento se dieran las circunstancias para homenajear a través de su producción a uno de los personajes históricos relevantes de la ciudad, el inventor del submarino torpedero más famoso de la historia. El mismo que fue botado en aguas de la Bahía de Cádiz el 8 de septiembre de 1888. Fue su amigo, Víctor Navarro, erudito en la figura de Peral y hermano mayor de la cofradía de San Ginés de la Jara, quien planteó la idea de cara a un encuentro literario organizado por esta entidad. «Suelo participar en ellos a modo de patrocinador y me pareció interesante la idea de crear una cerveza-homenaje nacida en la misma ciudad».
Todo ocurrió hace nada, en mayo de 2017. Acto seguido comenzaría las pruebas hasta hallar un producto que le convenciera; «cuando Víctor la probó, dijo que era perfecta». Entonces comenzó la fase de diseño, a cargo de su hijo, quien propuso varios bocetos para la etiqueta entre los que «seleccioné uno a mano alzada». El resultado, aun siendo preliminar, sirvió para completar las mil botellas que se presentaron el pasado mes de junio en el Museo Naval de Cartagena.
La primera de estas unidades fue donada a Diego Quevedo, investigador y coleccionista de todo lo relacionado con Peral y a quien, en gran medida, se debe la recuperación de su casa natal. Una vez musealizada, será el espacio que albergue la botella que, recordemos, no es la definitiva. Dentro de escasos días se presentará una nueva edición que nace con vocación de continuidad y para la que se ha rediseñado la etiqueta en tonos dorados.
«Se trata de una cerveza del tipo AAP —American Pale Ale—, ámbar, de fermentación alta con 5,8º de alcohol, muy afrutada debido al lúpulo e ideal para consumir a 7º de temperatura», expone su autor, quien además agrega que «es el complemento perfecto a quesos semicurados y otras tapas no excesivamente especiadas, sin sabores fuertes».
Es la quinta de una lista que conforman la cerveza lager o ‘Bizantina Roja’, tostada o ‘Bizantina Verde’, otra ámbar bautizada como ‘Serendipia’ y la denominada ‘Deep Blue’, del tipo IPA —Indian Pale Ale— como la que los británicos llevaron a la India durante la II Guerra Mundial.

El entrevistado posa junto al Submarino Peral, en Cartagena.
Responder