por Redacción

La consolidación de las bóvedas y, sobre todo, la seguridad en la cimentación, conllevarán un aumento de 500.000 € sobre los 7,9 millones inicialmente previstos. Durante los trabajos se han localizado siete pozos en el subsuelo entre los cuales solo uno de ellos era conocido.

Por eso, y fruto de las reuniones periódicas que se han venido celebrando para analizar si la solución constructiva que se planteaba originariamente “seguía siendo igual de eficiente para garantizar el fin que se persigue con la ejecución de la obra”, se han redactado tres propuestas de modificaciones de contrato que ofrecen soluciones distintas a las inicialmente previstas. Según la alcaldesa, Patricia Cavada, se trata de “algo lógico en una obra de tal envergadura”, máxime cuando el proyecto definitivo de rehabilitación data del año 2010. Dos de ellas se desarrollarán “a coste cero para el Ayuntamiento”. La tercera, en cambio, “va a suponer un incremento del coste inicial en 500.000 euros, en torno al 6,33 por ciento”, aclara.

El director facultativo de las obras, Francisco Márquez, ha precisado que los dos primeros modificados tienen que ver fundamentalmente con las bóvedas del edificio, las cuales “no se pudieron visualizar en el periodo de redacción del proyecto pese a la realización de catas”.

Una vez solventado este problema de consolidación estructural, se comprobó “la necesidad de aumentar la seguridad en las tareas de cimentación para adecuarlas a situaciones no previstas” como ha sido la aparición de siete pozos -seis nuevos y uno ya conocido- que “perforan el subsuelo del edificio como un gruyere”. Por ello, ha habido que acodalar los muros de cimentación, así como los forjados y las viguetas metálicas de la segunda planta que estaban “muy dañados” y no se pudieron reconocer previamente “debido al falso techo del salón de plenos antiguo y de la sala isabelina”. Es necesario “apoyar los encofrados sobre este forjado de segunda planta que no estaba en condiciones de soportar tanto peso”. También se ha adecuado una solución de forjado de cubiertas que “pesaba menos y por tanto era menos compleja que la inicial”.

“Son modificaciones que responden a la necesidad de incrementar la seguridad, de dotar a estas actuaciones de medios auxiliares específicos y ofrecer soluciones que mejorarán el comportamiento estructural del propio edificio”, ha enfatizado la regidora isleña; indicando igualmente que junto a estas tres modificaciones también se ha planteado y consensuado entre la dirección facultativa y la propia empresa una replanificación del tiempo de duración de la obra en seis meses más de lo previsto inicialmente: “si los plazos fijaban el fin de la obra el 15 de diciembre de 2017, la ampliación conllevaría irnos al 15 de junio de 2018”. “Nos gustaría que esa planificación se agilizara y así se lo hemos trasladado al responsable de la empresa constructora, manifestando que hará lo posible por acortar ese tiempo”, aclara.

A partir de ahora, los servicios de contratación municipales procederán a elaborar el expediente de modificación de contrato para, posteriormente, exponerse en la Comisión Informativa -en la que están presentes todos los grupos municipales de la Corporación- y, finalmente, aprobarse de forma definitiva en Junta de Gobierno Local.