Carmen Orcero, referente literario y de género

9 marzo, 2017

por Alejandro Díaz Pinto

La escritora isleña fue invitada por la EOI de San Fernando con motivo del Día Internacional de la Mujer. Ha sido la protagonista en los trabajos escolares de La Salle-El Carmen y recientemente premiada por el Ayuntamiento de Tocina (Sevilla) dentro del Concurso de Microrrelatos de Andalucía.

San Fernando se convierte en una gran plataforma de visibilización para aquellos colectivos que -guste o no- han sido infravalorados, ocultos e incluso acosados a lo largo de la historia. Uno de ellos es la mujer, razón que justifica la necesidad de dedicar un ‘día internacional’ al género que, como indicaba la directora de la Escuelas Oficial de Idiomas, María José Foncubierta, «ojalá no existiera, porque significaría que no es necesario, que el sentimiento desigual ha sido erradicado». De momento no es así y por eso surgen diversas iniciativas de celebración entre las que destacó este año un encuentro entre los alumnos de dicha institución y la escritora M. Carmen Orcero.

Está de más recordar los muchos autores que ha visto nacer esta ciudad en los últimos años, en parte reforzados por la facilidad que otorgan las redes sociales a la hora de darse a conocer. Buenos o malos, quedan a juicio del lector y no de eruditos que se auto-atribuyen disciplinas académicas inexistentes hasta el momento. Pero hay algo que no deja de ser cierto. Si una editorial apuesta por un autor hasta en tres ocasiones, invirtiendo en su creación, es porque verdaderamente cree en ella, funciona, y es justo lo que ocurre con esta autora a la que alumnos del Colegio La Salle han dedicado su último trabajo junto al afamado Luis Berenguer, referentes, en su sentir, de «La Literatura en La Isla de hoy, y la Literatura en La Isla de ayer».

La producción de Orcero es también una oda a la mujer, pero «no solo a las líderes de las revoluciones sociales, sino a nuestras madres, que no podían sacar dinero del banco sin autorización, o a nuestras abuelas, que siempre vivieron con el complejo del analfabetismo». En definitiva son ellas quienes, grano a grano, formaron las pirámides sobre las que se sustentan estos referentes históricos, aquellos que aparecen en los libros de texto.

«A todas ellas no solo las recuerdo, sino que las homenajeo», indicaba Orcero al principio de un encuentro familiar, distendido, donde tuvo a bien compartir sus inicios literarios a través de la biblioteca de la calle Gravina -Casa de la Cultura-, del semanario Mirador y del Círculo de Lectores. Vivió con éste último la transición entre Los Cinco de Enid Blyton o Puck de Lisbeth Werner y grandes obras como El otro árbol de Guernica, Matar a un ruiseñor y los cuentos de Edgar Allan Poe. Un día -recuerda- llegó a su casa un libro que podía leerse en un sentido y en otro. Se trataba de El asesinato de Rogelio Akroyd y Diez Negritos, de Agatha Christie, con el que «descubrí esa agradable sensación de desear volver a casa para retomar la historia donde la había dejado», y aún más, «me introduje en el género policíaco».

De ahí que tras su homenaje a la solidaridad, con A la sombra de los tamarindos, y a la figura de la mujer, «delicada pero fuerte como una magnolia» en su segundo libro, El suave olor de las magnolias, decidiera aunar este género con el amor por su tierra y su faceta profesional de historiadora, desarrollando una trama de intriga en La Isla de León a fines del XIX donde «llega un momento donde el lector sabe más que el propio protagonista». «Ésa era mi pretensión».

Los pormenores del proceso creativo han sido ampliamente descritos en diversos artículos publicados por éste y otros medios, pero no está de más recordar, como determinantes en la literatura de Orcero, la verosimilitud –«si nuestro personaje vive en la luna hay que justificarlo»– y la correcta fusión entre escenarios con personajes reales y otros creados expresamente para la historia. En referencia a ello incidió sobre la necesidad de «recrear la cotidianidad del momento. Algo que no está en los libros de texto, pero sí en la prensa».

Así, mediante pequeños detalles como la iluminación, el olor que desprendían las farolas de gas, o el crujir de las enaguas entre las estancias logró traer de vuelta una época a la que todos los presentes desearon por un momento retroceder.

Su último premio literario

Además de invitada por la EOI de San Fernando con motivo del Día de la Mujer y referente para los alumnos del colegio La Salle en sus clases de Lengua y Literatura, Orcero ha sido noticia recientemente por su primer premio en el Concurso de Microrrelatos de Andalucía convocado por el sevillano municipio de Tocina.

La escritora isleña fue seleccionada por el jurado entre más de 400 trabajos procedentes no solo de España sino también de otros países como Perú, Chile, Colombia, Argentina, Francia e Italia. «El tema era Andalucía y se me ocurrió esta personificación», ha declarado a través de su página oficial.

Microrrelato ganador, 'El Grito'.

Microrrelato ganador del concurso convocado por el Ayuntamiento de Tocina, ‘El Grito’.

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