Así era el penal que existió en La Casería de Ossio

18 febrero, 2017

en La Mañana [07/05/1912]

localizado y transcrito por Alejandro Díaz Pinto [18/02/2017]

LA PRISIÓN DE SAN FERNANDO

   La necesidad de abandonar definitivamente los presidios de África, suprimiendo la colonia penitenciaria de Ceuta, obligó á buscar en la Península edificios capaces y adaptables para albergar penados en proporción al crecido número de los que habían de ser transferidos desde aquella plaza.

   Fueron destinados á ese fin, por el mejor conjunto de sus condiciones, la cárcel de Almadén y una dependencia del Ministerio de Marina, cedida por éste, sita en San Fernando y conocida por el nombre de <<Casería de Ossio>>. De la que fué <<Cárcel de Minas>> de Almadén nos hemos ocupado alguna vez y volveremos á hacerlo cuando, terminadas las últimas obras de reforma, quede del todo habilitada.

   De la que ya hace algunos meses viene utilizándose como prisión de Estado en San Fernando queremos dar una sucinta noticia, recogiendo los datos del informe oficial emitido por el inspector de Prisiones D. Juan Viso que dirigió la instalación de ella.

   La Casería de Ossio fué primitivamente almacén de víveres para el servicio de la Marina de guerra, y abandonado hace dieciséis años, estaba casi en ruinas cuando cambió de jurisdicción. Situado en un barrio de San Fernando, al que le da nombre el edificio de la actual prisión, tiene al frente y hacia el mar una abierta explanada de 3.800 metros cuadrados, susceptible de transformarse en parque.

   Dos cuerpos de edificio en forma de cuadrados y una extensa huerta con dos pozos, noria y agua abundante integran el establecimiento penal. Precede á la fachada, á cinco metros de distancia, una verja de tres metros de altura, que se continúa por un muro de cerramiento, también de tres metros, en los laterales y el fondo, dejando un paseo de ronda de 10 metros, bien vigilado por cuatro garitas, una sobre cada ángulo.

   Entrando en el edificio se encuentra á la izquierda un amplio cuerpo de guardia y la escalera de subida á los almacenes, y á la derecha la sala del oficial, el cuarto del vigilante de rastrillos y la escalera que conduce á las oficinas. En la planta alta, por consiguiente, están á la izquierda dichos almacenes, y á la derecha los despachos del director, administrador y oficinas.

   Desde el final de esas escaleras pueden vigilar los empleados de guardia todos los dormitorios. Ocupan éstos los salones laterales y del frente de la misma planta; tienen 26 ventanas para su ventilación y pueden contener de 600 á 700 reclusos.

   Los salones de planta baja, inferiores á los dormitorios, están destinados á comedor, barbería, escuela, taller de zapatería, con cabida para 200 operarios, cuarto de vigilancia y retrete. El centro de este cuerpo de edificio lo constituye un hermoso patio dotado de fuentes.

   Por un zaguán, en el que está la escalera de acceso á los dormitorios, se pasa de ese primer patio al segundo, de iguales proporciones. En el cuerpo de edificio que corresponde al segundo patio se halla instalada la enfermería, con 24 camas de colchón de muelles, mesillas de noche, baños y todo el servicio de ropas y útiles. Unido á ella está el despacho del médico, con botiquín de urgencia. Siguen luego la cocina de la enfermería y la general del establecimiento, que es de modelo muy perfecto. La capilla para el culto, los talleres de herrería con dos fraguas, carpintería y mecánica, 10 celdas de corrección y retretes en buen número para evitar el uso de zambullos.

   La huerta, situada á la espalda del establecimiento, tiene 10.000 metros cuadrados de extensión y una riqueza de agua que se distribuye á cuatro fuentes.

   Todos los servicios están bien dotados. El alumbrado eléctrico se hace por medio de 55 lámparas. La seguridad es absoluta. Luz y ventilación existen en todos los departamentos. Los suelos son de cemento en la planta baja y de madera en la alta.

   Las obras de reforma del edificio se han hecho por penados, de los que alguno como José Flórez, se ha distinguido notablemente. Empezadas el 1º de Junio, se dieron por terminadas antes de los cuatro meses, con un coste calculado en 15.000 pesetas.

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