11 años de literatura en la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo

3 mayo, 2017

por Alejandro Díaz Pinto

Olga Cuadrado, de San Fernando, representará a la entidad hispano-marroquí en la International Federation of Library Associations and Institutions. Presentaciones, mesas de actualidad e iniciativas para la socialización de la Cultura han regido el trabajo de esta isleña a lo largo de la última década.

La Fundación Tres Culturas no es una entidad cultural ‘al uso’. Es una herramienta de paz, un medio para para fomentar el encuentro y el diálogo entre los pueblos que rodean el Mediterráneo, haciendo inciso en sus aspectos comunes tantas veces eclipsados por prejuicios injustificados.

Aquí la Cultura es un ingrediente esencial, traducida durante todo el año en iniciativas relacionadas con el Cine, las Artes Plásticas o los Libros. Estos últimos, o lo que es lo mismo, la Biblioteca de la Fundación con sede en el Pabellón de Hassan II en La Cartuja, está gestionada por la isleña Olga Cuadrado, doctoranda en Documentación e Información Científica y miembro de la entidad desde hace más de una década.

Debido a su dilatada experiencia será la encargada de representar a la Fundación como parte de la sección de servicios bibliotecarios para poblaciones multiculturales en la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA), un organismo internacional sobre cuyas pautas se asienta la redacción de toda ley en materia de Bibliotecas y que contempla entre sus objetivos ofrecer servicios de calidad a usuarios de cualquier nacionalidad con independencia de la sede en cuestión. Esto adquiere unas dimensiones notables en España y, más concretamente, en Andalucía, debido a su interculturalidad y cercanía con Marruecos, por lo que Olga es consciente de la gran responsabilidad que entraña. «Todo lo que me reporta algo lo vuelco posteriormente en mi trabajo», declara esta isleña que entiende dicha empresa como «un reto personal que me brinda la oportunidad de aplicar ideas procedentes de bibliotecas de todo el mundo al entrar en contacto directo con sus agentes».

Claro que una década al frente de la biblioteca de la Fundación da para mucho, y el currículum necesario para llegar a este puesto no se queda atrás. «En mi vida he tratado siempre de aprovechar las oportunidades que se me han ido brindando», deja claro. Lectora empedernida desde su infancia ya que «por mis manos han pasado desde Dostoyevski hasta Almudena Grandes», quiso estudiar Periodismo, aunque agentes externos influyeron en que finalmente se decantara por Biblioteconomía y Documentación, en Granada. De la diplomatura a la licenciatura y, de ésta, al doctorado, siempre ha compatibilizado sus estudios con el trabajo. En el Laboratorio de Estudios Interculturales de la Universidad de Granada, en la Biblioteca Provincial de Jaén, e incluso «impartiendo clase a compañeros que más tarde apoyaron mi ascenso profesional».

Ya en Sevilla trabajó en la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes, en el Centro de Documentación del Instituto Andaluz de la Mujer y en el del Defensor del Pueblo Andaluz, labrándose un bagaje a lo largo de organismos institucionales, universitarios y privados que más tarde le valió para acceder a la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo. Allí ejerce desde abril de 2006. Declara sentirse «privilegiada» por trabajar en «uno de los símbolos modernistas de Sevilla» donde los mejores artesanos de Marruecos fundieron modernidad y tradición, «contemplar los siete minutos que tarda su cúpula en abrirse mediante raíles es todo un expectáculo», explica.

Inmediaciones del Pabellón de Marruecos, sede de la Fundación.

Inmediaciones del Pabellón de Marruecos, sede de la Fundación.

Eso sí, la sede es lo de menos cuando uno tiene la oportunidad de formar parte de este instrumento de diplomacia e historia compartida. Constituida en 1999 a partir de un patronato hispano-marroquí establecido ese mismo año, la entidad se rige por la premisa de buscar el encuentro y el diálogo entre los pueblos y culturas del Mediterráneo, mirando principalmente a la Unión Europea, a la relación entre España y Marruecos y al conflicto palestino-israelí. En relación a esto último, Olga tiene claro que «la solución estriba en respetar la frontera del año 67 con dos estados independientes, pero diversos intereses -entre ellos, el de la industria armamentística- lo impiden».

La Fundación sustituye los intereses por acciones concretas, y las armas de fuego por actividades culturales de muy diversa índole. Hay cine en versión original; mesas de actualidad; encuentros con embajadores de diferentes países; exposiciones de fotografía y pintura… «Combatimos el miedo a partir del conocimiento», alega, pues «en un mundo que sufre el problema del terrorismo son imprescindibles este tipo de acciones para que los ciudadanos razonen, analicen, sean capaces de entender los conflictos desde distintos puntos de vista».

Desgraciadamente la crisis se ha dejado notar en su departamento con la supresión de encuentros entre profesionales de toda Europa o semanas interculturales, pero Olga sigue al frente de la gestión propia de la Biblioteca estudiando, adquiriendo y catalogando fondos que poner a disposición del público; e iniciativas como el club de lectura ‘Tres con Libros’ activo desde 2009, con 30 integrantes fijos -hay lista de espera- que se reúnen periódicamente para poner en común «literatura contemporánea hecha en el Mediterráneo» a través de sesiones de debate y encuentros con los autores. Cada sesión cuenta, además, con una pieza de pan elaborada por un panadero al que Olga transmite la esencia de cada volúmen, y una banda sonora inspirada en el mismo «de tal forma que los miembros leen con todos sus sentidos incluyendo el gusto, el oído y el olfato… porque desde que entran en la sala están oliendo el Mediterráneo», explica.

La propia Olga lleva esta actividad desde 2013 al centro penitenciario. Allí, «la experiencia con los reclusos de tercer grado es impresionante», indica, pues contribuye a su reinserción social a través de la literatura. «A veces son ellos quienes piden permiso para acudir a citas en la fundación e incluso continúan viniendo al salir de prisión».

Hay también una ludoteca infantil que introduce a los más pequeños de manera adaptada y paralela a sus padres, presentaciones de novedades y 54 lotes disponibles -todo lo que en el club llevan leído desde 2009- para cualquier organismo o institución que desee asimilar esta iniciativa. El Tres Festival reunió por su parte el pasado año a 21 voces de todo el Mediterráneo -entre ellas, cuatro candidatos a Premio Nobel- para debatir sobre las realidades que azotan esta parte del mundo.

«Es gracias a los resultados cuando verdaderamente tomas conciencia de la capacidad que tienen los libros para educar en base a similitudes interculturales», concluye. De ahí que cada día ame más su trabajo y atienda con ilusión a todo al que muestra interés por los objetivos de la fundación.

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