por Leonor Montañés Beltrán

Son muchos y muy diversos los movimientos culturales que están surgiendo, quizás, como modo de abstracción de la crisis que estamos padeciendo, y siempre, eso sí, para dar rienda suelta a nuestra creatividad, a nuestros conocimientos.

Es el caso del grupo ‘Juevero’ de blogueros -llamado así por el día que sus miembros escogieron para publicar sus escritos- que hace escasas semanas celebraba con gran éxito su VI encuentro, en Aranjuez, y al cual, por supuesto, me enorgullezco de pertenecer. Entre las actividades que se programan de cara a estos encuentros están la de conocer lo mejor de la ciudad donde se organiza y proponer un tema para escribir relacionado con dicho lugar. Los textos son posteriormente leídos por cada uno de los autores tras un esfuerzo de convivencia. En esta ocasión el tema no podía ser otro que ‘El Jardín’.

La historia de este grupo comenzó hace nueve años con los ‘Sábados Literarios de Mercedes’, algo similar a lo que hoy día sigue haciendo el grupo, sólo que entonces era una bloguera llamada Mercedes quien originó el que todos se unieran para escribir sobre un mismo tema, propuesto por ella cada semana. Los escritos eran publicados virtualmente los sábados y comentados durante varios días, hasta la nueva propuesta. Todos los participantes debían leer las publicaciones de los demás y opinar sobre ellas.

Hacia el año 2008 se formó un segundo grupo con otro miembro, Tésalo, como anfitrión, que convivió una época corta con los sábados de Mercedes y que, para no coincidir en el día, decidió publicar los jueves. Con el tiempo desaparecieron los sábados literarios y el grupo se volcó en llevar adelante esta segunda propuesta, al principio, como ya hemos dicho, bajo la supervisión de Tésalo, quien propuso unas normas para que hubiera un poco de orden dentro del grupo pero, sobre todo, manteniendo la libertad que siempre había caracterizado a la iniciativa. Algunas de estas normas básicas consistían en no exceder las 350 palabras en los relatos ya que, al ser un grupo ya numeroso, no daba tiempo de leerlos todos y comentarlos, así como respetar el día en que los participantes publicaran su relato siempre con un poco de flexibilidad.

Cuando Tésalo dejó de conducir el grupo, cogió el relevo otro bloguero llamado Gustavo. Ésta fue una época realmente gloriosa para los blogueros, ya que, conociéndose bastante bien a través de sus palabras, decidimos, por primera vez, descubrir a las personas que se escondían tras ellas convocando así el primer encuentro en Madrid, en el año 2010.

Aunque todos somos españoles, también compartimos experiencia con gente de habla hispana perteneciente a otros países como Argentina, Venezuela, Uruguay, México o Chile, llegando incluso a realizar videoconferencia en alguno de los encuentros.Aquella cita sólo congregó a unos pocos, pero la experiencia fue tan gratificante que se repitió en diferentes provincias con el objetivo de no complicar el desplazamiento siempre a los participantes. Bajo esta premisa se celebró el II Encuentro Juevero en Valencia, en el año 2011. En 2012 tuvo lugar en Córdoba y en 2013 en Jaén. Este último fue recogido por la prensa bajo el titular de ”Jueveros” literarios buscan quién se oculta tras los blogs’. Sevilla fue el escenario seleccionado el pasado año para la quinta edición. El último, como os decía inicialmente, ha tenido lugar en Aranjuez, popularmente conocida como ‘la ciudad de los jardines’.
Entre las actividades que se programan en estos encuentros está conocer lo mejor de la ciudad que acoge su encuentro y proponer un tema para escribir relacionado con dicho lugar y que es leído tras un almuerzo por cada uno de los autores. En esta ocasión el tema no podía ser otro que “El jardín”.

Ya está proyectado que el próximo encuentro sea en Castellón y se ha propuesto publicar un libro con una antología de relatos de todos los que forman parte de este grupo, cosa que ya se ha hecho en otra ocasión.

Concluyo este artículo comentando que, aunque en La Isla no faltan grupos que se dedican a organizar tertulias literarias semanales y son muchos los escritores con inquietudes que disfrutan compartiendo sus letras, se echa de menos que surjan colectivos cuyos integrantes, aparte de profesar amor hacia la literatura, se animen a organizar eventos culturales como hace este Grupo Juevero, que no sólo comparte Letras, también disfrutan de su amistad durante sus viajes, visitando y conociendo la belleza de nuestro país. Queda pendiente, de hecho, que en alguna ocasión sea la Isla la que acoja su visita y esperamos que con los nuevos proyectos de ciudad que nos están prometiendo quedemos como grandes anfitriones.