por Alejandro Díaz Pinto
La humanista Carmen Utrera, integrante de la Tertulia Literaria Rayuela, permanecerá hasta julio en Madrid tras ser seleccionada para una beca de formación.
Con las plazas de funcionario congeladas y pequeñas empresas a las que crujen a impuestos por sobrevivir, es lógico que los isleños -como en muchos otros pueblos- necesiten cruzar fronteras para poner en práctica su formación académica. Algo que les obliga a dejar atrás la familia pero favorece su inmersión en un mundo laboral cada vez más competitivo.
Es el caso de Carmen Utrera, de San Fernando, licenciada en Humanidades por la Universidad de Cádiz y máster en Documentos y Libros (US) por la especialidad de Biblioteconomía, que ha sido seleccionada para disfrutar de una beca en investigación y especialización ofertada por la Biblioteca Nacional de España. Estas becas, que se prolongarán hasta el mes de julio, están destinadas a titulados universitarios que por su formación académica y profesional destacan entre quienes las solicitan desde todos los puntos de España, de ahí que aplaudamos el logro de esta isleña evidenciando que en San Fernando no solo hay Patrimonio, también profesionales cualificados para su gestión.
Utrera ha sido destinada, en concreto, al Fondo Moderno de la BNE -departamento de Proceso Técnico- para la catalogación de volúmenes que llegan por depósito legal, paso previo a su clasificación. «Concluido el procedimiento, viajan a Alcalá de Henares donde se custodian los ejemplares recientes y que los usuarios deberán solicitar con días de antelación para su consulta en la sede principal del Paseo de Recoletos», explica Carmen acerca de su función en este organismo «enfocado a gente muy especializada y con perfil investigador». Actas de exposiciones, congresos, libros de texto, enciclopedias… es decir, todo aquello que no sea literatura, recursos electrónicos o material multimedia es, a grandes rasgos, el material que su equipo se encarga de catalogar atendiendo a la mención de responsabilidad -autor del texto y de las fotografías-, título, editorial, año y por supuesto descripción física, así como el número de ejemplares que entran -siempre dos-. Todo ello siguiendo un lenguaje especializado y acorde con la normativa internacional a través del sistemas integrados de gestión bibliotecaria.

Carmen Utrera, en la sede principal de la BNE.
Pasión por las Letras
Claro que obtener estas becas no es sencillo dados los altos niveles curriculares de quienes las solicitan. Utrera centró su trabajo final de Máster en La pragmática de 1558 sobre circulación e impresión de libros en Castilla a través de los fondos de la Universidad de Sevilla. Más de 200 páginas que completaría a su vez con una base de datos con 600 de los volúmenes allí existentes. Desde entonces ha venido encadenando becas de formación como la de atención al usuario en la Biblioteca de la propia Universidad o una base documental de publicaciones relacionadas con el Bicentenario en San Fernando dentro del programa Emple@joven de la Junta de Andalucía. «Una buena fuente de referencia para quienes deseen investigar el hito constitucional del Diez», indica. Posteriormente continuaría con la organización del archivo del Consorcio Bahía de Cádiz hasta su admisión como becaria en la Biblioteca Nacional. Y todo ello sin dejar a un lado su pasión por la literatura como parte de la Tertulia Rayuela, participando de eventos como Islacultura y reuniéndose semanalmente con escritores entre los que se encuentran M. Carmen Orcero (Un titular para un crimen), Antonio Díaz (Los años de la ballena) o Adelaida Bordés (Fideos con caballa), todos ellos miembros de la citada entidad.
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