San José, de nuevo hospital a sus doscientos cincuenta años

25 marzo, 2017

por Alejandro Díaz Pinto

Una sala de enfermos recreada por los alumnos de la escuela ha sido el colofón de las jornadas organizadas por la Academia de San Romualdo en colaboración con el centro y la Hermandad de los Desamparados. Dos días de conferencias y una visita guiada al inmueble han completado el programa para celebrar el ‘cumpleaños’ de esta institución.

Datos históricos, curiosidades, arquitectura… y hasta una sala hospitalaria del siglo XVIII están entre los ingredientes que han impedido que el aniversario del Hospital de San José pase -como otros- sin pena ni gloria. Todo lo contrario. Las cuatro conferencias impartidas por académicos de San Romualdo abarcaron entre los días 23 y 24 de marzo todo lo que hay que saber sobre este establecimiento de caridad fundado en 1767 en sus vertientes médica, religiosa, social y arquitectónica. Por eso, a modo de epílogo, se ha organizado este sábado una visita con carácter histórico-artístico al inmueble de la mano del mismo arquitecto que dirigió la obra de rehabilitación en la década de los ochenta, es decir, cuando éste se convirtió en escuela.

En aquel momento el estado de conservación era muy precario, tanto que una de la arquerías -la de la izquierda según se accede al claustro- cayó por el peso de la gravedad debiendo ser rápidamente consolidada. Más de 200 años de atención sanitaria habían desvirtuado por completo el edificio original, los arcos de las galerías perimetrales se fueron cegando para hacer talleres, laboratorios, sala de rayos X, y en algunos casos con entreplantas para las celdas de las hermanas. «Queríamos aprovecharlo todo, pero primero había que destapar la traza original… lo que quedara», explicó Pérez Beltrán durante la visita.

Los espacios principales eran las salas de San José y del Carmen -destinadas a hombres y mujeres enfermos respectivamente-, salas ambas adaptables a escuela como lo fueron para hospital, eso sí, «las gestiones con Cultura y el Obispado fueron muy complejas», recordó, «íbamos resolviendo los problemas sobre la marcha porque no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar ni en qué estado». Poco a poco «aparecieron los azulejos originales tras limpiarlos con alcohol y espátula de madera», o las columnas de mármol… «mármol de Coín, de muy poca calidad». Ha de tenerse en cuenta que muchos edificios de esta época lucían gran decoro para disimular la pobreza de sus materiales, y San José no era la excepción.

El equipo reforzó toda la arquería, «planteando un fondo neutro con galería acristalada», explica, de ahí los tubos metálicos que la mantienen en pie. Lo más importante, recuerda, es que «se recuperó su escala eliminando todas las subdivisiones», explicó, «hicimos visible el edificio pero sin intervenirlo en profundidad».

Aparte de la antigua casa del administrador -actual sede de la Cofradía de los Desamparados-, la azoeta y las mencionadas salas con las marcas donde en su momento se situaban las camas, llamaron la atención por su desconocimiento las dependencias del sótano, empleadas como talleres entonces y ahora. Muchos de estos espacios están cubiertos por bóvedas de crucería -bajo el único tramo del claustro que no tiene arcos- o de cañón, en el paralelo a Tomás del Valle. El hospital tenía, además, dos aljibes. El más grande, bajo el claustro central no llegó a ser intervenido por el grosor del muro que lo recubre. De éste aún queda un rebosadero que conducía el agua al siguiente, en la parte posterior donde estaban los lavaderos.

Algunos asistentes siguen las explicaciones de Pérez Beltrán.

Algunos asistentes siguen con atención las explicaciones de Pérez Beltrán.

El antiguo oratorio, hoy Capilla de los Desamparados

La visita no excluyó la capilla-oratorio, titulado hoy ‘de Ntra. Sra. de los Desamparados’ por la cofradía establecida en ella desde 1985 y que se resuelve con tres naves divididas por columnas cubiertas con bóvedas de crucería. El retablo barroco principal, presidido ahora por la Virgen de los Desamparados, lo estuvo originalmente por un óleo de San José que se encuentra hoy en el seminario de Cádiz y convendría recuperar y restaurar debido a su mal estado.

Además de la titular y el Cristo de la Sangre -obras recientes de Alfonso Berraquero- se encuentran allí también la Virgen de las Mercedes y una imagen de bulto de San José que antaño presidía la sala de hombres. Así lo aseguró el hermano mayor, Juan Emilio López de Palacio. La Virgen de las Mercedes es una talla de vestir, sevillana, atribuida por entendidos al círculo de Cristóbal Ramos y titular de una extinta cofradía que se fundó en la Capilla de la Vera Cruz en 1794. como ha publicado el historiador Fernando Mósig. El San José también tiene una historia interesante, ya que procede de gaditana Iglesia de San Juan de Dios, y estuvo, antes de llegar al hospital, en el hospicio que con este título existió en la calle Colón de San Fernando, ocupado previa reforma por el Colegio de Ntra. Sra. del Carmen (Carmelitas) a fines del XIX. Fue sometida a una sobresaliente restauración por Pilar Morillo, quien confirmó que la cabeza original de la talla, sevillana del siglo XVI, fue sustituida por la actual, genovesa, en algún momento del siglo XVIII. Así lo corrobora también la documentación estudiada por Lorenzo Alonso de la Sierra.

Recreación histórica

Antes de la entrega de diplomas, los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar de una sala hospitalaria del siglo XVIII recreada por los estudiantes del centro. Estos han sabido aprovechar la antigua sala de varones que, pese a dividirse ahora en clases, conserva sus azulejos y las marcas de las camas. En ella dispusieron una interesante colección de instrumentos médicos, algunos originales, para multiplicar el efecto retrospectivo del espacio, y no solo eso, alumnos del grupo de teatro escenificaron una de las escenas que probablemente eran típicas en ese mismo lugar hace 200 años.

Esta recreación en la que no faltó el enfermo, la esposa atormentada o las monjas, forma parte de la aportación de la Escuela de San José a este 250 aniversario dentro de las jornadas científicas que organiza cada año, y que en esta ocasión han adoptado un cariz particular por la efemérides con vídeo-documental incluido sobre la historia del edificio y colaboración del AMPA y todo el profesorado.

Recreación que aprovecha el antiguo pabellón de enfermos.

Recreación que aprovecha el antiguo pabellón de enfermos.

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