por Nazaret Medina Domínguez

Lda. en Comunicación Audiovisual, social media manager y redactora de contenidos en JR Web & Marketing

El largometraje del joven isleño sigue circulando por distintos festivales tanto de España como de Sudamérica.

San Fernando es una ciudad de cine. Eso es algo obvio. No solo por sus idílicos paisajes o por haber sido escenario de varias producciones audiovisuales, sino por el interés y el talento de generaciones emergentes en las artes escénicas. Es el caso de Gerardo Gabaldón, un joven isleño de 22 años, miembro del grupo Odisea Teatro y con estudios en Imagen y Sonido y Realización de Audiovisuales en el IES La Granja de Jerez de la Frontera. Sus inquietudes en el ámbito cinematográfico le llevaron a dar forma a su propio proyecto, el largometraje Rapsodia Escénica, en el que demuestra tanto su faceta artística de interpretación como la de director.

Un trabajo de envergadura realizado de manera independiente y con escasos recursos. Todo un reto que vio la luz el pasado mes de diciembre en el Centro de Congresos de San Fernando y que actualmente sigue circulando por festivales de Sudamérica y distintos puntos de España como Madrid, País Vasco o Valencia. Una película amateur, fruto de su ‘amor al arte’ y de su afán de superación, idea que queda reflejada en su argumento, donde se cuenta la historia de Alberto, un dramaturgo que hará todo lo posible para que su obra salga adelante y cumplir su sueño, al cual se le complica el camino hacia sus expectativas y su mundo se viene abajo. Esta tragicomedia no es más que un reflejo actual de lo preocupante que puede llegar a ser la lucha por un objetivo, que puede acabar en obsesión e incluso en una crisis existencial.

El rodaje contó con un elenco de 60 personas entre el equipo técnico y la parte actoral, muchos de ellos miembros del grupo Odisea Teatro, y se desarrolló en distintas localizaciones de San Fernando, el Teatro Moderno de Chiclana y Jerez de la Frontera, a lo largo de cuatro meses. Un trabajo en equipo bastante competente que permitió a Gerardo alargar la duración del proyecto a las dos horas y media cuando en un principio lo pensaba como cortometraje.

A pesar de su juventud, no es su primer trabajo audiovisual, Gerardo cuenta con su propia productora titulada El árbol de los sueños y ha dirigido varios cortometrajes con sus propios medios. Una alternativa a la escasez de ayudas o subvenciones en este ámbito, cada vez más recurrente para todos aquellos que quieren dedicarse al sector cinematográfico y que carecen de apoyo institucional suficiente. En este sentido, Gerardo aboga por el fortalecimiento de la cultura audiovisual en la zona con propuestas atractivas para el público y oportunidades para este movimiento emergente en la Bahía de Cádiz.

El joven cineasta habla ya de nuevos proyectos. Está ya inmerso en la escritura de una novela para luego adaptarla cinematográficamente. Por otro lado, junto a la compañía Odisea Teatro, va a retomar la representación de una obra de Charenton adaptada por el director del grupo, Manuel Foncubierta.

Una actividad incesante la de este isleño y muchos otros compañeros, situando a La Isla como una ciudad de prometedores talentos en lo audiovisual que luchan por defender y fortalecer un sector de escasos recursos hoy día.