Noviembre de espátulas en La Isla

4 noviembre, 2016

por Alejandro Díaz Pinto

La campaña de observación del proyecto ‘Limes Platalea’ concluye este mes con actividades y talleres en el CC Bahía Sur. Los especialistas Paco Hortas y Javier Ruiz –cabezas visibles- hacen un primer balance para Patrimonio La Isla.

Nadie tiene dudas a estas alturas de que la espátula es un ave muy singular. Un verdadero icono de la Bahía de Cádiz que gracias al proyecto Limes Platalea adscrito a la Sociedad Gaditana de Historia Natural está ocupando el lugar que le corresponde y no solo a efectos de investigación, también divulgativos.

Y cuenta para ello con un excelente equipo humano coordinado por los especialistas Paco Hortas y Javier Ruiz. Todos sus voluntarios invierten multitud de horas de observación en lugares estratégicos para controlar el salto intercontinental de esta especie que vive a caballo entre Europa y África. «Se trata de un salto escalonado que se desarrolla entre mediados de julio y mediados de noviembre», aclara Hortas. «Primero pasan los bandos procedentes en su mayoría del suroste ibérico y a continuación -en septiembre- comienzan a llegar del norte de Europa, sobre todo desde Holanda».

Teniendo en cuenta que las migraciones constituyen el hito más arriesgado en la vida de un ave por el gasto energético que conllevan -en este caso, alrededor de 4.000 km desde el norte de Europa hasta las zonas de Mauritania o Senegal-, hay algunos individuos que optan por invernar aquí, en el sur peninsular. Concretamente entre 1.500 y 2.000 de un total de 17.000. De ellas, 300 o 400 se decantan por invernar en el mismo Parque Natural Bahía de Cádiz, alimentándose a base de pequeños peces y crustáceos.

La última campaña, por tanto, está a punto de terminar. Los censos de invernada se hacen antes de que llegue enero -momento en el que se censan todas las aves acuáticas en España y Europa-. «Se adelantaron a diciembre porque ya hay individuos que vuelven a primeros de año: es un corredor en continuo», explica Javier Ruiz en referencia a ese interminable reguero migratorio que diferencia a la espátula de otras especies como el correlimos zarapitin, con un salto más concentrado en el tiempo. No obstante, los especialistas adelantan ya una serie de conclusiones, no todas positivas. Se sabe, por ejemplo, que «ha sido un año malo para la cría debido a la escasez de lluvias, que llegaron tarde y de manera torrencial», concluye Hortas. Debido a esto tampoco se han marcado tantas aves como otros años. Sin embargo, y gracias al marcaje con color, han podido observar la conducta exploratoria de algunos pollos jóvenes, que en lugar de volar al sur, lo hicieron hacia el norte. Por ejemplo, «en las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) vieron un individuo con el ala izquierda marcada de rojo, por lo que sabemos que procedían de las colonias de la Bahía de Cádiz», comenta Javier Ruiz.

Ejemplares de espátula en una foto cedida por Carlos M. García, colaborador del proyecto.

Ejemplares de espátula en una foto cedida por Carlos M. García, colaborador del proyecto.

Una gran familia

Si de algo pueden presumir los voluntarios del ‘Limes’ es del ambiente de camaraderío que se respira durante las campañas de observación. El medio centenar que desfiló durante el primer año del proyecto se mantiene a grandes rasgos, en parte porque «siempre hemos dado importancia al valor humano». A ellos se suma gente que «adecua sus vacaciones para disfrutar del salto», advierte Paco Hortas. Y es que para que un proyecto como este sobreviva es necesaria una dedicación de 365 días que «tanto la espátula como el enriquecimiento que experimentamos desde el punto de vista humano merecen con creces».

A partir de los resultados de este duro -aunque gratificante- trabajo de campo se editó el libro La migración intercontinental de la espátula (Platalea Leucorodia). Sus coordinadores, además, conocieron de primera mano las últimas novedades en el ‘workshop’ bianual organizado por la ‘AEWA Eurasian Spoonbill International Expert Group’, un grupo internacional centrado en la investigación de la especie que cada dos años se reúne para realizar conferencias sobre los últimos estudios y evaluar la situación de la especie. Entre las conclusiones del último encuentro se recogió la transcendencia del descubrimiento del corredor migratorio ‘Playa de la Barrosa-Cabo Roche’.

Actividades en Bahía Sur

El proyecto partió con la colaboración fundamental de dos ayuntamientos: Chiclana y Conil. Ambos se denominan ‘de la Frontera’, de ahí el propio nombre de la iniciativa: ‘Limes’ procede del vocablo latino para definir un ‘camino vigilado por patrullas’ -en este caso, los participantes del proyecto- y que, posteriormente, ‘delimita las fronteras del Imperio’. Aunque si hay una entidad isleña que apoye el proyecto en la actualidad es el CC Bahía Sur, en cuyas instalaciones se celebraron el pasado año unas primeras jornadas dedicadas a la espátula con gran aceptación.

Es por ello que durante este mes de noviembre se repetirán y más a lo grande. Las actividades se desarrollarán todos los sábados de noviembre en este centro comercial a partir de las 12:00 horas, empezando este día 5 con un avistamiento de especies en el saco interno de la Bahía. El sábado 12 tendrá lugar un taller de seguimiento y métodos de marcaje. El 19, una nueva jornada de avistamiento, y el sábado 26, otro taller de seguimiento.

Los interesados pueden ampliar información a través de la página web de la Sociedad Gaditana de Historia Natural, la cual, por cierto, está de aniversario.

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