por Alejandro Díaz Pinto

Más de 60 horas de testimonios orales contrastados con documentos históricos resumen esta obra de Antonio Lagares que se presentará el jueves 30 de marzo a las 20:30 horas en el patio del mítico establecimiento.

Los libros son los amigos más silenciosos y constantes; son los consejeros más accesibles y los maestros más pacientes. Esta cita de Charles W. Elliot impresa en las invitaciones viste un evento muy esperado por lo que entraña para la Venta de Vargas y, sobre todo, por las dificultades del autor Antonio Lagares para hacer realidad un trabajo tras años de documentación.

Los primeros recuerdos se remontan a su juventud. «Solía acompañar a mi padre, que se movía en aquellos círculos», recuerda Lagares sobre el germen de este interés en torno al templo flamenco por antonomasia. Pese a ser fundamentalmente conocido por su faceta de escritor, muchos de los personajes con los que se topó allí en los setenta hicieron suficiente mella en él para que al cabo de los años volviera a escuchar con atención todas las anécdotas que los hermanos José y Manuel Picardo le contaban cada noche, después de la jornada laboral.

Corría el año 2005 cuando llegó a la conclusión de que aquellas vivencias daban para un libro. Un trabajo que conjugaría fuentes orales narradas en primera persona con documentos históricos que él mismo comenzó a investigar, en archivos y fondos hemerográficos, remontándose, incluso, al estado jurídico de los terrenos sobre los que hoy se asienta la Venta, entre salinas y esteros, a finales del siglo XIX. La propuesta en firme no tardaría en llegar. «Me reuní en los reservados con muchos testigos directos, como Rancapino o Rafael Aragón, quien hasta hace poco ejerció el rol de encargado», comenta. Paralelamente buceaba en los documentos, no solo en los facilitados por la casa, sino también en el Archivo Municipal, donde «acudía con mis guantes para revisar legajo por legajo… no quería ningún cabo suelto».

Cuatro años de trabajo han dado como resultado la historia escrita de las cuatro generaciones de la Venta, cada una correspondiente a una etapa histórica en el mundo del Flamenco isleño. Desde sus antecedentes como Venta Eritaña a partir de 1921 -dos años después comenzó a publicitarse en prensa- hasta el ‘nuevo flamenco’ que se respira hoy entre sus paredes de la mano de artistas como Jesús Castilla o Macarena Ramírez. Por el camino revisita distintos momentos como el de la posguerra, protagonizado por el gran Manolo Caracol -que celebró allí el convite de su hija- o el que abarca entre los años 50 y 65, con «ese niño rubio al que venía a buscar la Guardia Civil», explica en referencia a las vivencias del pequeño José Monje antes de marcharse al extranjero.

Manolete, el Cordobés, Antonio Ordóñez, Lola Flores… y hasta los Borbones son algunas de las personalidades que han llegado a pasar por allí a lo largo del siglo XX, «impresionan sus recordatorias en los libros de visitas», explica. Muchos de los que aún viven han tenido que dar el visto bueno para la reproducción del enorme material gráfico que atesora la obra con cerca de 80 fotografías en blanco y negro, y también en color; algunas a toda página y hasta inéditas para el gran público. Esto no fue suficiente para que las distintas administraciones, desde la autonómica hasta la provincial, pasando por los equipos de gobierno local, viesen el filón en un libro por el que finalmente ha apostado la editorial Javisa23, de Castellón.

Preliminar de la portada sin el prologuista, Antonio Canales, ni las solapas.

Buscando el formato apropiado

Al enfocarse en principio a públicos locales, el borrador se estructuraba en generaciones. La primera con Catalina Pérez, que «alquila la Venta Eritaña mientras su hijo Juan Vargas está en la guerra, y la pone a nombre de su hija Salud». La segunda ya en manos de Juan y de su mujer, María Picardo. Durante la tercera pasaría -a falta de descendencia- a los sobrinos de María: «José y Manuel Picardose se turnaban por semanas», explica Antonio Lagares quien además ha resaltado la importancia de las mujeres de ambos, Lela Fontao y Conchi Torres, «ambas fueron muy importantes porque llevaban la cocina durante la semana que el marido permanecía a cargo del negocio». Finalmente llegó a la cuarta generación con los respectivos hijos de cada matrimonio: Lolo, Suso y Kaito del primero, y Lolito y Guille del segundo.

Razones comerciales le llevaron a aplicar a este esquema leves cambios, pasando a narrar los acontecimientos de forma cronológica aunque manteniendo toda la esencia con la que comenzó el trabajo. El mismo que el pasado miércoles -durante la realización de esta entrevista- llegó, ya en formato físico, encuadernado, a la propia Venta de Vargas. De subtítulo, Una leyenda en el tiempo, y como recordatorio el nombre del bailaor Antonio Canales, quien se ha hecho cargo del prólogo. El libro estará disponible en dos formatos, uno más económico, de tapa blanda, y otro de tapa dura y sobrecubierta para los coleccionistas.

La presentación se desarrollará entre Flamenco y vino, con las actuaciones de Jesús Castilla, Yolanda Tacón y Pepe ‘el Mellao’, y el aula de flamenco-fusión de Carmen ‘La Shica’ y Gabino Pérez: ‘Al Aire’. «Hay que agradecérselo a los artistas, a Javier Cárdenas y a Lolo Picardo, que han colaborado en el proyecto», confiesa. Éste último, gerente del establecimiento, intervendrá durante el acto junto al prologuista y el autor.

Lagares define su obra, ya en las manos, como «un recorrido no solo por los 100 años de historia la Venta y del flamenco isleño, sino también por el desarrollo paralelo de la ciudad». Anécdotas, grandes personalidades, contratos importantes, duelos vocales… «todo el que quería triunfar en este mundo pasaba por aquí… de ahí la riqueza de los testimonios recopilados».