La trágica muerte de una parturienta y su bebé en el Patio Cambiazo

12 abril, 2021

Francisco Busto Baena

Investigador histórico

El 17 de septiembre de 1931, M. R. M. se puso de parto. Los familiares fueron en busca de la comadrona, quien, al ver el estado de la parturienta, se dio cuenta de que el bebé venía con problemas y que hacía falta sacarlo por cesárea. Inmediatamente reclamó la asistencia del médico de la Beneficencia, que a la sazón era el doctor M. I. P. R., pero este no apareció por los lugares donde se le buscó.

Mientras tanto, las señoras mayores del Patio Cambiazo colocaron en la barriga de la desafortunada mujer un plato con agua, sal y unas tijeras abiertas porque decían que era «época de parir las ballenas» y que esto la podría salvar.

M. R. M. falleció inevitablemente en su casa sin que hiciera acto de presencia el médico. Como el bebé permanecía vivo y se agitaba, llevaron el desgraciado cadáver al Hospital de Mora en Cádiz para ver si lo podían salvar, pero no hubo suerte, ya que se limitaron a certificar ambas defunciones.

El acontecimiento tuvo mucha repercusión social. La fallecida había dejado viudo y cuatro niñas de corta edad huérfanas. El Ayuntamiento, como responsable de la Beneficencia, le instruyó un expediente a M. I. P. R. porque, al parecer, no era la primera vez que abandonaba sus deberes. En esta ocasión, como pliego de descargo, se justificó con estar enfermo.

Acta (1) 15 julio 1932, pág. 72, tomo 161

Punto 13:

[Expediente instruido con motivo del fallecimiento de una parturienta en el Patio Cambiazo].

El Sr. Juez instructor, nombrado por acuerdo capitular fecha 18 de septiembre del pasado año para la formación de un expediente en averiguación y esclarecimiento de las responsabilidades, si las hubiere por parte de alguien, con motivo del fallecimiento de una parturienta inscrita en el Padrón Benéfico y domiciliada en el Patio, con vista de las diligencias practicadas de las que resultan que, si bien es cierto que la individua M. R. M. falleció el día 17 del expresado mes y año en el Hospital Mora de Cádiz, donde fue trasladada para ser operada por no haber encontrado sus familiares quien pudiera asistirla convenientemente en esta población; estima el hecho lamentable dadas las circunstancias que concurrieron y propone se dé por terminado el expediente para su archivo por no poderse precisar responsabilidad directa contra nadie.

El Sr. Caramé —D. Luis—, que es el juez nombrado por la Corporación, pide quede sobre la mesa una semana el expediente para conocimiento y estudio de los tres concejales, y por unanimidad así se acordó.

Acta (2) 18 de julio 1932, pág. 69 bis, tomo 161

Ruego y preguntas:

[Sobre expediente con motivo del fallecimiento parturienta Patio Cambiazo].

El Sr. Naranjo (3) recuerda que en la anterior sesión pidió al Sr. González Medina que se trajera a sala el expediente instruido con motivo de la muerte de una señora en el Patio Cambiazo y que se dijo se vendría a sala en esta sesión.

Responde la presidencia —don José Quevedo Moreno— diciendo que se traería en la próxima porque, según le comunica el juez don Luis Caramé, le faltan por tomar dos o tres declaraciones.

El Sr. Naranjo pide consten en acta las palabras pronunciadas por la presidencia.

«… la presidencia no ve la necesidad del nombramiento de un nuevo tocólogo para no cargar más el erario municipal…». Tres médicos se ofrecieron a sustituir como tocólogos gratuitos al propietario «… en caso de enfermedad o de imperiosa imposibilidad de actuar».

Como vemos, la solución concluyó con garantizar de forma oficial que el servicio de la Beneficencia se mantendría en todo momento debidamente atendido, pronunciándose en ese sentido la minoría socialista y los concejales republicanos.

Años más tarde, este médico falleció de forma trágica. Oficialmente se dijo que se cayó por accidente rodando por las escaleras de su casa; por el contrario, los rumores de La Isla murmuraban que «alguien lo estaba esperando arriba» y lo empujó tan violentamente que le produjo el fatal desenlace en su caída.

Que nadie piense, para nada, en el viudo como responsable de su muerte. Esto pertenece a otra historia.

Notas

(1) Libro de Actas Capitulares, AHMSF, año 1932.

(2) Libro de Actas Capitulares, AHMSF, año 1932.

(3) Eduardo Naranjo Gago —Minoría Socialista—.

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