por María del Carmen Orcero Domínguez

Lda. en Geografía e Historia, escritora y representante de la Tertulia Literaria Rayuela

El pasado viernes, 28 de julio, se celebró la tercera edición de este evento cultural.

El acto comenzó recordando que esta idea nació igual que lo hacen a menudo las cosas sencillas, de una conversación entre amigos. En la Tertulia Rayuela, a la que pertenezco y represento en este texto, se hablaba hace algo más de dos años de la cantidad enorme de personas que hay en San Fernando luchando por el sueño de la cultura, apostando por la música, la pintura, la literatura, la fotografía… por ese manojo de emociones a las que desde siempre hemos denominado ‘las artes’. Y de ahí nació esta idea, la de reunirnos todos en un tiempo y en un espacio con un solo objetivo: sentirnos acompañados, ofrecer lo que somos, alimentar en familia a esos gusanillos inquietos que llevamos dentro.

Dos días después de la celebración, a la página de Facebook siguen llegando fotos que hablan del éxito de la convocatoria, fotos cargadas de sonrisas en caras que ya nos son todas conocidas, instantáneas de personas posando juntas, momentos escogidos para brindar por una ciudad donde el viernes, el aroma dulzón de la cultura se mezcló con la sal de la marisma, creando un olor especial que nos pertenece solo a los cañaíllas.

Desde la Tertulia no podemos hacer otra cosa que agradecer. Por supuesto, a las personas e instituciones (Ayuntamiento de San Fernando, Centro de visitantes del Parque Natural) que nos apoyan para que esto sea posible, pero por encima de todo, de manera muy especial, a los participantes. Desde la primera edición, los organizadores (la Tertulia Rayuela y la Asociación Fotográfica Isla de León, AFIL) estuvimos de acuerdo en que no seríamos nosotros los que convocáramos a ningún artista en particular.  No nos parecía justo comprometer a las personas a ofrecer su arte sin ninguna compensación económica. Pero nuestra San Fernando es mucha ciudad para que sea esa cuestión la que frene a nadie. Así que este año, como los dos anteriores, hemos vuelto a tener la satisfacción de contar con lo mejor de La Isla, con el referente de calidad del que ofrece lo que tiene, lo que le emociona, aquello por lo que vive. No vamos a olvidarnos de ninguna cara, porque hay muchas personas de las que han estado en Islacultura despuntando a muy alto nivel, recogiendo premios importantes y sonando mucho en los ámbitos culturales.

Gracias también, siempre, a ese público respetuoso y amable que se emocionó con los poemas, con los vídeos, que se reía a carcajadas con los juegos literarios que fuimos proponiendo a lo largo de la tarde, que bailó con la música desenfadada y, sobre todo, que nos iba diciendo en la despedida: «qué buena tarde», «qué bonita iniciativa». Ellos nos aseguraron que estarán en la próxima edición. Y a nosotros se nos ha quedado en los labios un agradable regusto a futuro.

Fotografías de Diego Bernal Bugatto: