Con el corazón en las teclas

22 agosto, 2017

por Alejandro Díaz Pinto

Ldo. en Periodismo y Máster en Patrimonio Histórico-Arqueológico

Juan Carlos Macías Ponce se reúne con Patrimonio La Isla para compartir sus dotes artísticas frente al piano. En breve comenzará el segundo curso del Grado Superior de Música en el conservatorio sevillano Manuel Castillo.

Juan Carlos es un artista. No lo dice él, sino sus manos. Lo han demostrado a la redacción de esta web con un piano, algo desafinado pero encantado por la pátina de los años que se encuentra en el Palacio de Capitanía.

Como es habitual en estos casos, «la música siempre me ha gustado». Solo que con ocho años —la edad con la que los niños suelen matricularse por primera vez en el Conservatorio— «aún no tenía muy claro el instrumento que quería tocar». «Lo primero que se me ocurrió fue el xilófono», confiesa, aunque fue su madre, Francisca Ponce, quien finalmente le animó a decantarse por la eterna cuenta pendiente de abuela Isabel. Decidió ser pianista.

Salvo esta manifestación artística, Juan Carlos no contaba con antecedentes en su familia. Al menos, en la vertiente más clásica. Eso sí, tanto su madre como su tía, Mame Ponce, formaron parte de la primera tuna femenina que existió en Cádiz. Quizá sea la razón de que ambas le acompañen siempre en sus conciertos para animarlo siendo conscientes de lo importante que es el apoyo de la familia. Así se inició en su ciudad natal, San Fernando, en el C. E. M. Chelista Ruiz Casaux con el Grado Elemental hasta 2009. De aquella época recuerda con gran cariño a la directora del centro, María del Mar Rodríguez, que «sabía tratar a los niños. Nos hacía dibujarnos las manos para que aprendiéramos a identificar cada dedo de cara a la digitación en la partitura».

Pese a la madurez de su actitud, Juan Carlos solo tiene 20 años, de ahí que estos recuerdos no sean en realidad tan lejanos como parecen. El verdadero trabajo llegó después dado que en esta época «bastaba con dedicar al piano un rato diario que se iba incrementando, poco a poco, con el paso de los cursos». Una vez iniciado el Grado Medio en el C. P. M. Manuel de Falla, en Cádiz, decidió compatibilizar sus estudios musicales con el Bachillerato de Ciencias de la Salud, y es que pese a su amor por el piano «siempre he sentido inquietud por el mundo científico, no quería cerrarme puertas». En este sentido tampoco tuvo problemas, ya que «no suelo memorizar literalmente los temas». Le basta con tener claros los conceptos y la música ha favorecido su agilidad mental. «Aunque suframos fama de juerguistas, nuestro hábito de estudio es muy disciplinado, es algo que ya tenemos ganado».

Juan Carlos toca el piano de la 'sala isabelina' de Capitanía.

Juan Carlos toca el piano de la ‘sala isabelina’ de Capitanía.

Llegados a este momento es, con la adolescencia, cuando la mayoría de los estudiantes abandonan el Conservatorio para centrarse exclusivamente en la carrera que están a punto de empezar, de hecho Juan Carlos barajó Medicina y Fisioterapia como alternativas a su meta profesional. «Fue mi primer momento de crisis», expone. Sin embargo, hechos como el convertirse en el mejor de Andalucía entre músicos de todos los instrumentos o la influencia de quien considera su ‘mentora’, la profesora Patricia Vázquez, hicieron que, a partir de entonces, «sintiera más que nunca el piano». «Patricia es quien más ha influido en mi forma de tocar, en el músico que soy en la actualidad», declara.

Juan Carlos conoce bien los escenarios. Ganó los primeros premios del I Concurso de Interpretación para Jóvenes ‘Bahia de Cadiz’ (2009) y del VI Concurso de Jóvenes Interpretes en Musica de Cámara celebrado en el R. C. P. M. Joaquín Villatoro de Jerez de la Frontera (2015), este último como parte de su grupo de cámara. La pieza que los convirtió en ganadores fue concretamente un Trío para Clarinete, Violonchelo y Piano del compositor alemán Johannes Brahms. Además tuvo la oportunidad de tocar con orquesta en el Gran Teatro Falla en el V Concurso de Interpretación ‘Conservatorio Manuel de Falla’ en 2016 —«Una oportunidad que no se nos presenta todos los días, me sentí privilegiado», reconoce—. Recientemente fue seleccionado para mostrar sus habilidades en el Ateneo de Sevilla.

Más seguro que nunca ha decidido que «siempre hay tiempo para estudiar otras cosas» y está volcado de lleno en su pasión. Logró una plaza en el C. S. M. Manuel Castillo de Sevilla donde, tras un intenso primer curso, reconoce haber perfeccionado la técnica. «He mejorado mucho la lectura a primera vista y el aspecto armónico de la música, algo que siempre me costó». Su satisfacción no le impide echar en falta una apuesta más firme por parte de la administración pues «pienso que la Música está en una situación de desventaja respecto a otras manifestaciones artísticas».

De momento declara estar disfrutando. «Las metas demasiado altas pueden llevarte a decepciones innecesarias por lo que prefiero vivir al día. Lo que tenga que llegar, llegará».

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