El patrimonio isleño a través de la Fotografía

28 agosto, 2016

por Ángel López González

Dicen que ‘Patrimonio’ es la herencia que recibimos de generaciones pasadas, conservada a día de hoy.

¿Qué pasa si no la conservamos convenientemente? Pues que perdemos parte de nuestra identidad y de nuestra historia.

Soy de la opinión de que en muchos casos el Patrimonio sobrevive gracias a la Fotografía.

Es una pena que tantas cosas bonitas y auténticas de nuestra Isla vayan desapareciendo poco a poco. Y no digan que es por el tiempo, porque si se cuidan, restauran y utilizan, suelen mantenerse. Desaparecen por la dejadez de las instituciones que gobiernan y por una mala gestión de sus responsables, que a veces por falta de medios y otras de iniciativa lo van dejando pasar.

La Fotografía de archivo es una parte fundamental de las costumbres, de los hermosos rincones y de las magníficas construcciones, edificios y monumentos que se han ido perdiendo. Por eso deben ser mostradas al ciudadano; para que las nuevas generaciones contemplen como era la vida de sus abuelos, de sus antepasados. Y lógicamente bajo iniciativa de las instituciones gobernantes, que deberían dar facilidades para que se puedan exponer.

Porque no es incompatible una Isla moderna y funcional con los típicos rincones que evocan nostalgias y recuerdos. Los mismos que sobreviven gracias a la Fotografía. Si no fuera por ella, no conoceríamos muchas de las cosas que han marcado gran parte de nuestra Historia.

Soy de la triste opinión, no obstante, de que si no tienes un nombre importante y reconocido en tu comunidad, las instituciones no te suelen ayudar. Es una pena, porque a escala anónima y particular hay muy buenas fotografías que muestran ese patrimonio perdido y sin embargo no se promueven, ni tan siquiera con ayudas para que sus propios propietarios las puedan enseñar.

Recientemente llegó a publicarse en prensa que No es Quijano el único fotógrafo que integra la rica historia de La Isla en este sector. Andrey, Requero, Gómez Lafor o Soriano y Acevedo son algunos de los apellidos plasmados en las miles de fotografías que se han venido investigando durante los últimos 15 años.

En efecto no es Quijano el único que integra la rica historia de la Isla. Poco conocidos son los demás, seguramente excelentes profesionales de su tiempo aunque con un legado poco difundido incluso entre modestos apasionados de la Fotografía en La Isla, como es el caso de quien suscribe estas líneas. En cambio, echo en falta gente que ha contribuido a la historia de nuestro Patrimonio con sencillas fotografías que enseñan una calle Real, un acto público, político o social; contribuciones humildes aunque no menos interesantes y pocas veces comentadas en tan excelentes artículos.

Esto no significa que los famosos archivos de La Isla a los que aluden constantemente grandes entendidos en la materia no tengan interés. Todo lo contrario. Son de una calidad y riqueza maravillosas, pero también hay que intentar ayudar a otros que -sin apellidos que los respalden- también tienen su importancia en la vida y las costumbres de nuestra Isla. Existen muchos y quien firma estas líneas da fe de ello, pero para no señalar ni herir susceptibilidades -y siendo conocedor de primera mano- me pondré yo mismo como ejemplo.

Siempre me ha gustado que la gente disfrute de mis fotos de archivo tanto como yo, porque al que quiere nuestra Isla y su historia le gusta comentar, a la vez que las observa, cosas de esa historia viva que llevan en su memoria. Porque con sus recuerdos están compartiendo a la vez, con los jóvenes, estas vivencias que perdurarán aun más en el tiempo.

Por eso he montado varias exposiciones, sin gran ayuda por parte de las instituciones, pero recibiendo, a título personal, la gratificación de ver felices a las personas mayores que las contemplan. Recuerdan a través de ellas lugares de su niñez y cuentan a sus nietos cómo era su infancia, edificios desaparecidos e historias ya perdidas con los años. Los jóvenes a su vez descubren detalles de su entorno que no conocían y disfrutan con ellas de ese patrimonio que poco a poco va mermando.

La primera vez que contemplé una foto aérea de La Isla fue al poner un negativo sobre mi ampliadora. Al proyectar en el cuarto oscuro sobre el tablero de la misma, hice pasear mi mente por monumentos que no había visto, rincones que no había contemplado y calles por las que no había caminado nunca. Personas paseando con ropas antiguas, coches de caballo e infinidad de matices que me hicieron pensar… “lo estoy viendo yo solo, por primera vez”, y bajo la oscuridad latente con reflejos rojos de la luz de control del revelado pensé en cuánta gente disfrutaría con aquellas instantáneas. De ahí que empezara a compartirlas en redes sociales y a tratar de exponerlas en los centros adecuados para ello.

Por todo esto opino que la Fotografía ayuda mucho al Patrimonio y a la Historia de nuestra Isla, capturando instantes en el tiempo gracias las personas que la practican, y enriqueciendo a los que las vemos con tradiciones, rincones y momentos de la vida de otros tiempos ya casi olvidados.

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