por Alejandro Díaz Pinto

Una colección de maquetas de edificios emblemáticos realizadas con material reciclado por Manuel Romero permanecerá el mes de diciembre en exposición. Las visitas serán los viernes (18:00 a 20:00), sábados y domingos (11:00 a 13:00) aunque con posibilidad de grupos concertados entre semana por la mañana llamando al 627 554 142.

Transcurría el año 69 cuando Manuel Romero, al ojear una revista, leyó la noticia sobre alguien que había reproducido a pequeña escala la Catedral de Notre Dame de París. «¿Por qué no hacerlo yo, pero con edificios emblemáticos de aquí?», se preguntó a sí mismo este gaditano que decidió probar suerte con las Puertas de Tierra. Fue su primera ‘obra magna’ con materiales de andar por casa, en este caso lentejas y trigo, cuyas limitaciones, por desgracia, han impedido que llegue hasta nuestros días.

Claro que solo fue el inicio de lo que pronto se convirtió en rutina. Alrededor de 30 maquetas realizadas entre los años setenta y la actualidad se encuentran expuestas en el Molino del Zaporito gracias a la generosidad de su artífice y la gestión llevada a cabo por Merche Márquez en colaboración con Ramón Morales, encargado de la explotación del sitio. Muchos ciudadanos se acercaron este domingo, curiosos, a la inauguración de la muestra, que en presencia de Conrado Rodríguez como delegado de Turismo siguieron atentos las explicaciones del autor, quedándose absortos al comprobar los materiales que ha venido utilizando desde que puso en práctica esta afición. Desde elementos naturales como arena de playa o piedra ostionera machacada hasta cartulinas de colores, pasando por botones y figuras infantiles. «Cualquier cosa es susceptible de reciclaje», explicaba Manuel a los presentes.

No es, ni de lejos, la cantidad total de maquetas realizadas a lo largo de su vida. Una de la Casa Consistorial de Cádiz, por ejemplo, se conserva en el Museo de Santa Inés. «Es de las más grandes -explica- con 1,20 x 0,80 metros cuadrados». Sí que hay, en cambio, una buena representación de monumentos y motivos históricos pertenecientes a diversas ciudades del entorno, e incluso de Madrid. La Fuente de Cibeles, sin ir más lejos, o algunos elementos del Patrimonio que ya no existen como la conocida ‘fuente de los niños meones’. Para esta última se basó en una antigua fotografía centenaria que Manuel muestra con orgullo. En ella aparece su padre, joven, junto a unas esculturas que en este caso se recrearon a partir de muñecos de su sobrina.

El artista, Manuel Romero, posa con la maqueta del Ayuntamiento isleño.

El Cádiz más monumental a partir de reciclado

La mayoría de las maquetas corresponden a edificios de Cádiz. El Balneario de la Palma, el Pópulo o las distintas puertas de la muralla están presentes -de Tierra, del Mar, de Sevilla, de San Carlos…-. Destacan por sus dimensiones las del Monumento a Las Cortes, Constitución y Sitio de Cádiz -respecto a la que confesaba divertido la presencia de un ‘Hommer Simpson’ que los visitantes deberán identificar por sí mismos- o el Palacio de la Diputación Provincial, al que no falta detalle ni por fuera, ni por dentro, incluyendo sus patios internos con brocales y parte del salón regio al estilo isabelino. Más allá de los propios edificios, se incluyen coches de caballo decimonónicos e incluso la típica carreta rociera con el ‘simpecao’.

También hay, cómo no, homenajes a San Fernando: Una reproducción del antiguo tranvía, varias del Puente Suazo con sus antiguas puertas de acceso, e incluso el Ayuntamiento. Aún no ha hecho el Real Observatorio de la Armada pero sí puede disfrutarse el edificio hoy inexistente del Castillo de la Villa, donde este organismo nació en la primera mitad del siglo XVIII para posteriormente trasladarse al Cerro de Torre Alta.

La exposición es una apuesta más de Ciencia Divertida Cádiz y La Caja Inquieta por dinamizar un enclave histórico para la ciudad. El donativo de 1,50 € se ha acordado pensando en los gastos básicos y los visitantes podrán dejar su opinión mediante diversos símbolos sobre un árbol de Navidad. Las maquetas permanecerán en el molino durante todo el mes de diciembre con horarios fijos los viernes -de 18:00 a 20:00 horas-, sábados y domingos entre las 11:00 y las 13:00. Los grupos que lo deseen podrán, asimismo, concertar cita aparte de lunes a viernes por la mañana llamando al teléfono 627 554 142.

Un ejemplo más de que la Cultura en San Fernando la mueven los ciudadanos, y que sin grandes medios económicos o materiales puede llegar a hacerse algo verdaderamente ‘monumental’.