por Alejandro Díaz Pinto

La emblemática construcción cumple su 250 aniversario este 29 de octubre, aunque los isleños tendrán que esperar hasta el próximo 15 de diciembre para disfrutar su historia plasmada en 400 páginas.

12 años de investigación, casi un millar de vecinos, un edificio contemporáneo a la época del primer Ayuntamiento isleño y la reposición de un icono presente en su centro neurálgico hasta bien entrados los ochenta. Pero es sin duda ese trabajo de investigación histórica, novelado, que combina personajes actuales y de antaño, lo más esperado de la iniciativa en la que tanta energía ha invertido Francisco Busto Baena, su autor, durante los últimos años.

Anoche por fin comunicó oficialmente la fecha de presentación de este libro, que tendrá lugar el próximo 15 de diciembre en el Centro de Congresos de San Fernando. La colmena cañaílla -así se subtitula por la cantidad de vidas que han transcurrido entre sus paredes a lo largo de la historia-, es un trabajo exhaustivo de más de 400 páginas del que se habló largo y tendido durante una velada en el ‘Güichi de Carlos’ en compañía de sus propios miembros y allegados: el periodista José Moreno Fraile, la arqueóloga Lourdes Márquez, Juan José Maruri, Leonor Montañés, Carlos Rodríguez…

En palabras del propio Busto, «se trata de un edificio que pese a contar con la declaración de Monumento Histórico-Artístico Nacional, todavía es poco conocido por el conjunto de la población». Y es que todo el mundo habla de la desaparición de su pozo -que como ha quedado patente, «ya no existe» pese a las leyendas urbanas que giran en torno a él-, o de su función residencial para los aliados ingleses durante el asedio, sin embargo, «son las clases humildes las que, a lo largo de muchas generaciones, constituyen la verdadera idiosincrasia de este Bien de Interés Cultural».

El ‘patio interior’ del conjunto, una imagen poco familiar para la mayoría de los isleños.

Como complemento a la edición del libro -cuyos fondos irán íntegramente destinados a acción social- se llevarán a cabo una serie de actividades entre las que destacan, en primer lugar, la reposición de una réplica del brocal que hasta los años ochenta presidió el patio principal, así como una exposición fotográfica que se mantendrá en el Centro de Congresos desde el día de la presentación hasta el 6 de enero de 2017. Será algo singular pues la mayoría de las imágenes históricas conocidas forman parte de importantes archivos como los de Quijano, Ángel López o Antonio de Hombre. En este caso, sin embargo, son los antiguos vecinos -o en su caso, descendientes y familiares- quienes han desempolvado sus álbumes familiares para compartir fotografías que muestran el ‘Patio’ en su dimensión más costrumbrista. Es decir, no son fotografías profesionales sino recordatorios de cómo era la vida allí, las parejas que se conocieron, los hijos que tuvieron y los juegos que protagonizarían hasta madurar, casarse y repetir el ciclo. La misma «contará, además de las propias imágenes, con paneles explicativos y planos del edificio para que los visitantes puedan ubicar a los personajes y/o familias más representativas».

Se trata, en definitiva, de esa ‘microhistoria’ que completará a una ‘macrohistoria’ rigurosamente documentada en archivos de San Fernando, Cádiz y Sevilla donde -ahora sí- entran en juego aspectos como las características arquitectónicas del edificio, el contexto histórico de su construcción como finca de recreo a mediados del XVIII o las sucesivas transformaciones que ha ido experimentando a lo largo de su trayectoria.