‘Trigo Tronzado’, tabú superado

14 diciembre, 2016

por Alejandro Díaz Pinto

La reedición del libro donde José Casado Montado relata desde su conocimiento una de las etapas más desagradables de la historia de España, ha sido presentada hoy por el Ateneo Republicano y Memorialista de la Isla tras una campaña virtual de micromecenazgo.

La sala se llenó. Familiares, simpatizantes o, sencillamente, curiosos interesados en los duros episodios narrados por Pepe Caso en su obra más importante -la misma cuya primera edición fue secuestrada y se convirtió en tabú durante tantos años- se acercaron este miércoles al Centro de Congresos para hacerse por fin con un ejemplar. El primero en tomar la palabra fue el propio presidente del Ateneo que ha hecho posible la reedición del libro. Antonio Olvera leyó una carta dirigida al autor del mismo como si permaneciera sentado en la primera fila de butacas, agradeciéndole su «estilo directo y honesto, encaminado a configurar espacios públicos y de entendimiento». «José prefería morir en un ataque de ira que en un rincón de tristeza, de ahí el deseo de supervivencia materializado en una obra cuyos ejes fundamentales son la justicia y la verdad», recalcó.

Pepe Casado es conocido como el primer isleño que habló sin tapujos sobre la represión franquista en San Fernando antes y después de la Guerra Civil, lo que le causó muchos problemas. «Ahora habrá nuevos testigos de tu relato que, junto a los descendientes de las víctimas, sabrán superar el miedo que giró en torno al tema durante tantos años». No solo cañaíllas. Sevilla, Granada, Bizkaia, León o Valencia son algunas de las provincias españolas desde las que se han recaudado fondos para la nueva edición, que homenajea a «quienes yacen en una fosa común, bajo tierra mezclada con sangre, dolor y lágrimas».

Olvera fue seguido por el secretario de la entidad, José Gallego, quien procedió a un breve análisis del libro. Un análisis no académico, pues «se trata de una herramienta para la lucha por la memoria y la democracia». En él, el autor -que no era historiador- relata todo tipo de anécdotas, algunas divertidas pero la mayoría especialmente duras, hasta el punto de subdividirlo en ‘fusilamientos’ en lugar de capítulos. Un total de 26 asesinatos relatados desde la oralidad cuya esencia «se ha querido respetar pese a que algunas expresiones no casen con las normativas académicas actuales». Recalcó, no obstante, la gran riqueza léxica del texto y su constante reconocimiento ‘de clase’.

El ateneísta Gonzalo Alías entrega un ejemplar del libro a Amalia Casado, hermana del autor.

El ateneísta Gonzalo Alías entrega un ejemplar del libro a Amalia Casado, hermana del autor.

Escrito desde la razón, pero también con las tripas

Gallego definió Trigo Tronzado. Crónicas silenciadas y comentarios como un «contradiscurso» en tanto que desecha el propio de quienes ejercían un control -tanto físico como mental- sobre las personas, dando la vuelta a la idea de «gloriosos nacionales que perdieron la vida al luchar contra enemigos dedicados a violar monjas y a quemar conventos». Uno de los aspectos más interesantes es que «reclama la Isla como algo del pueblo, ya que ni este concepto ni el de ‘patria’ pertenecen a los fascistas aunque en su momento intentaran apropiárselos».

Concluyó con un mensaje: «No remover el pasado implica que el discurso oficial permaneza; la aceptación de décadas de silencio impuesto».

A continuación tomó la palabra el ilustrador, Juan Manuel Fontenla, quien firma los cinco dibujos del libro y que también fueron editados exentos como recompensa para los mecenas. Se trata de trabajos clásicos a tinta china y plumilla que recogen el espíritu sombrío de la obra a través de iconos isleños. El primero de ellos, Ángel de la muerte, representa al General Varela sobre un pedestal que en este caso no es piedra, sino huesos. Sustituyendo a las palomas aparecen a su alrededor unos cuervos. El cementerio de los olvidados es una reinterpretación del de San Carlos, en La Casería, pero casi destruido por las corrientes «como esperaban quienes conocían la existencia allí de una de las tres fosas comunes más importantes de San Fernando», aclaró el artista. El siguiente se titula En esta tierra olvidada y representa una lápida frente a las Puertas de Tierra de La Carraca, donde se cree que reposan los restos de los militares que se mantuvieron fieles a la República. El cuarto, Los cimientos de la Democracia, está dedicado al Ayuntamiento, con cuerpos a modo de pavimento por la retención y fusilamiento de los miembros de la corporación municipal no afines al golpe. Los rostros de Franco y Varela velan para que nada cambie desde el cielo. Pero más allá de las fosas localizadas «habrá muchos de quienes no sabemos ni llegaremos a saber nada», por eso, un cuervo observa en Los guardianes del silencio un cementerio simbólico que emerge del caño de Sancti Petri en homenaje a todos los que desaparecieron entre marismas, caños y esteros.

El poeta Juan Delgado aportó la nota poética al acto con dos composiciones dedicadas al alcalde Cayetano Roldán y al propio Pepe Casado. A continuación, los ateneístas Miguel Ángel López Moreno y Gonzalo Alías hicieron entrega a la hermana del autor de un ramo de flores y de un ejemplar del libro y las láminas de Fontenla, respectivamente. No en vano ha sido ella, Amalia Casado, quien cedió los derechos para que esta obra viese la luz de nuevo y ya de forma permanente.

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